El pasado 12 de marzo fue el 30 aniversario de Internet, para ser más exactos, fue el 30 aniversario del nacimiento de la Web ya que Internet ya existía mucho antes. Es indudable la revolución que ha supuesto Internet en la sociedad, equiparable según algunos autores al descubrimiento de la imprenta. Esta disruptiva tecnología no solo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de entender el mundo o de la propia economía, sino que ha conformado un nuevo ser, al igual modo que los individuos fueron diferentes desde que la humanidad descubrió el fuego. La sanidad, por tanto, no ha podido quedar al margen e Internet -quizá algo más lento que en otros sectores productivos o de servicio- es hoy en día el pivote por el que pasa todo nuestro sistema de salud.
Es casi imposible enumerar todos los avances que Internet ha facilitado en las tecnologías de la salud. Si acaso, tres ámbitos que por su incidencia en la sociedad podrían destacarse: Las tecnologías mobile, sobre todo con la irrupción del 5G; el Internet de las cosas o la conexión de entre aparatos y sistemas; y todo lo relativo a la big data o el análisis de grandes bases de datos que permitirá predecir enfermedades y tendencias, tanto personales como sociales.
Obviamente, todo avance lleva consigo una serie de peligros y, por qué no decirlo, sacrificios como son las redes sociales cuyo uso por los jóvenes -y no tan jóvenes- empieza a ser considerado un “problema” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la enorme inquietud e incluso indefensión sobre el tratamiento confidencial de nuestros datos volcados en estas enormes bases de datos. En cualquier caso, el aniversario de Internet (o del nacimiento de la Web) hay que celebrarlo con entusiasmo en el sector de la salud y el bienestar.
